lunes, 27 de diciembre de 2010

FELIZ NAVIDAD




Ya llegó la Navidad. Son fechas entrañables llenas de paz y alegría. A la gente se le ablanda el corazón y se torna más transigente. Y la gente saluda a la gente, y la gente le desea unas felices fiesta al vendedor de la once, a las cajeras del Spar y al mendigo del metro de Plaza Cataluña.
Me gusta la Navidad y me gusta hacer feliz a la gente. Me siento con ganas de compartir y de dar.


Salgo de mi casa a las nueve de la mañana. Hace sol y llevo guantes.  Me siento feliz. Me dirijo al metro para ir a mi lugar de trabajo. Por el camino me encuentro a un mendigo sentado en un portal con un cartel que dice “tengo hambre, no tengo dinero”.


Pero es Navidad y me conmuevo con poco.  Así que me llevo al mendigo al bar de enfrente y le invito a desayunar.  Se ha zampado 2 huevos fritos con baicon, y patatas fritas, 2 zumos de naranja, 3 bollos con mermelada y manequilla, 2 cafés y una cerveza. Yo sólo he tomado un croissant y un café con leche.
Acabos el desayuno, “gracias señorita”. Me dirijo de nuevo al metro, me he gastado 25 euros en el desayuno, pero es Navidad y me gusta ser feliz.


Bajo las escaleras de la boca del metro y espero en el andén a que se abran las puertas del vagón.  Entro y me acomodo en un asiento.  Observo las caras de la gente. Tienen el mismo aspecto de siempre; malhumoradas, apáticas y rancias. En la siguiente estación entra una señora. Dice ser de rumana. Lleva un niño de muy poca edad colgando del pecho. Cada día, un niño distinto. Pide una limosna para dar de comer a su hijo.  Cuando pasa por dlante de mi asiento, busco en mi monedero, Y vaya, se me acabaron las monedas.  Saco un billete de 10 euros y se lo doy a la señora. Gracias señorita! Y me siento feliz porque es Navidad.


Próxima parada: Passeig de Gràcia. Esta es la mía.  Espero a que se abran las puertas y salgo del vagón. Mi trabajo está a tan sólo 3 manzanas. Ando con paso ligero fijándome en la decoración navideña de los escaparates de los comercios, cuando me asalta el tipo de siempre.


- Que buena estás! Me gustaría follarte hasta reventar!!!


Pero es Navidad y me siento con ganas de dar y compartir.
Cojo al tipo de aspecto desaseado de la mano y entramos en el parking de al lado. Bajamos a la segunda planta. Me empuja contra una columna y desabrocha mi blusa con impaciencia. Me soba las tetas con una mano, la otra la desliza entre mis piernas para bajarme las bragas. Me sube la falta y hunde su  cara en mi sexo. Se incorpora, se saca la polla y de un golpe certero me la mete hasta el fondo. Es realmente enorme y él no cesa de embestir y desgarrarme. Cuando está a punto de correrse me da media vuelta y me arrodilla ante él, y proyecta toda su corrida hacia mi cara.
-Gracias señorita!!!
Me subo las bragas, me escuece el coño y tengo la cara llena de esperma. Me limpio con un kleenex y salgo del parking.


Pero es Navidad y debería sentirme feliz de generarle a ese tío un recuerdo que dudo jamás olvide.


Entro en el portal y subo hasta la planta 6ª en ascensor. Son las 11,30, llego una hora y media tarde. Entro en la oficina y lo primero que veo es a mi jefa con una carta de despido en la mano. Tenía un contrato en prácticas.. Ahora ya no.


Me vuelvo a casa. Cuando llego a mi portal busco mis llaves en el interior de mi bolso y me doy cuenta de que mi cartera ha desaparecido junto con mi documentación, mis tarjetas de crédito y 60 euros en efectivo.
Vuelvo a salir para dirigirme a mi banco y cancelar las tarjetas. Las cancelo, pero me dice el director de la sucursal que es demasiado tarde. Hay compras por valor de 300 euros y deberé pechar con los cargos.


De nuevo a casa cabizbaja y pensativa. Me quito el abrigo, me sirvo un vaso de agua y me trago 3 diazepanes. En la cama pienso: bueno mañana será otro día.


8 de la mañana. Me despierto con un picor incesante en mis partes bajas. Me bajo el pantalón y observo detenidamente el poco vello púbico que suelo  lucir. ¡Joder! Tengo ladillas!!! Jodidas Navidades!!!
Bañera, rasuradota y adiós picor.
Me visto. Aderezo mi vestuario con un cuchillo de cocina, un frasco de Evacuol y unas tijeras de cocina. Me pongo el abrigo y salgo a la calle.


9 de la mañana. De camino al metro me encuentro al mendigo con su cartel  “tengo hambre, no tengo dinero”.  me regala su sonrisa torcida y le llevo al bar de enfrente. Para empezar pide una cerveza, y en un descuido le arreo medio bote de evacuol en la jarra.
En mitad del desayuno, cuando se estaba zampando el primer plato de huevos revueltos, de repente sale disparado al baño. Desde mi mesa podía escuchar los gemidos. Probablemente estaría reventando. Pago la cuenta y salgo del bar.


Bajo las escaleras del metro, espero en el andén a que se abran las puertas del vagón, entro y me acomodo en un asiento.
En la siguiente parada entra  una mujer rumana pidiendo limosna. Hoy no hay niño. Cuando pasa delante de mi asiento se planta delante de mi. Supongo que hoy espera otro billete.  En vez de eso,  le asesto un puñetazo con ganas en la cara. La mujer se tambalea, pierde el equilibrio y cae hacia atrás, ante la mirada atónita de otros pasajeros. Antes de que nadie pueda reaccionar, se abren las puertas del vagón, y salgo apresuradamente hacia la calle.


Tan sólo 3 manzanas hasta la oficina. Me distraigo observando la decoración navideña en los escaparates de los comercios, cuando me asalta el mismo tipo de siempre.


-Que buena estás! Me gustaría follarte hasta reventar!!!


Cojo al tipo de la mano, hoy especialmente aseado, huele a desodorante barato y lleva camisa limpia. Le dirijo al parking de al lado. Bajamos hasta la segunda planta, me empuja contra la columna y me baja las bragas. Pero yo me volteo.
- Hoy quiero tu polla en la boca.!
El tipo se baja la bragueta con cara de satisfacción. Se saca la polla dura como una barra de hierro y la zarandea ante mi cara. La cojo con ambas manos, él cierra los ojos.


- Chúpamela guarra! Lo estás deseando!!!
- Sí, cielo, lo estoy deseando!


Saco las tijeras de mi cinturón, se la agarro bien y ¡zas! De un corte limpio, le capo, quedándome con ella en la mano. El tío emite un grito realmente desgarrador y cae desfallecido al suelo. Tiro la polla que cae rodando debajo de un coche. Limpio las tijeras y mis manos con un kleenex y abandono el parking. Él queda tirado en el suelo con una postura realmente patética en medio de un charco de sangre...




Continuará...

6 comentarios:

Dantonmaltes dijo...

Me ha parecido divertidísimo. Se dijo siempre que en Navidad hay que tener cuidado con los excesos. Felices Navidades (pero no tanto).

Mentes sucias dijo...

Eso Feliz Navidad!, y ahora a por el año nuevo..., zassss!

Über

Pd: Que gustazo tenerte de vuelta

Nikita dijo...

jajajajaja!!
Felices fiestas
Me he divertido mucho, eres una killer muy cachonda

Besazo

Anónimo dijo...

Dantonmaltes:

;))) Lo de los excesos me quedó bastante claro después de esas navidades...
Saludos, y un placer teneros por aqui

ÜBER:

Ahora a poner en marcha de nuevo nuestras mentes sucias pero ya!!!!

NIKITA:

Ya sabes que en el fondo soy más buena que el pan..jajajaja

Besazos guapis

Anónimo dijo...

tu lo sabes hacer mejor

Mentes sucias dijo...

Nena..., que no sea la próxima actualización para navidad 2011..
vuelveee ;)

Über