martes, 26 de julio de 2011

ROJO AMANECER

De repente el silencio,
Silencio tan sólo quebrado por una voz desgarrada de mujer que flota en el ambiente meciéndonos en un ligero sueño, tras el incendio consumado…

Ya no se escuchan golpes en las paredes, ni el sonido del impacto de nuestra carne, ni los crujidos de la madera al arder bajo nuestra caldera.
Los gritos y jadeos se ahogaron tras un último estertor…
Y el ritmo cardíaco se normaliza poco a poco, respirando pausadamente, tras un largo y profundo suspiro de éxtasis…


Un ligero escalofrío erizando mi vello, al recuperar el grado normal de temperatura corporal, tras la fiebre, tras el baño de fluidos que han secretado nuestras glándulas al unísono, durante la batalla de los cuerpos

Percatándome por primera vez, de la luz artificial, intensa y cegadora que ilumina la estancia, me volteo para hundir la cabeza entre la almohada, mientras dibujo círculos enredando mis dedos entre tu pelo, sintiéndote resbalar lentamente, muy despacio entre mis piernas.
Tu flujo cálido y viscoso escapando de mí, desbordándose y humedeciendo de nuevo la cara interna de mis muslos, cuando contraigo la musculatura para retenerte tan sólo, por un instante más

Y quisiera llevarte para siempre conmigo, tragarte y no desprenderte jamás, pero el agua fluye llevándose consigo la huella de tu perfume, de tu tacto, junto a cientos de ácaros y células muertas de vida; muertas de pasión encendida y desmedida
Arrastradas bajo un chorro de agua caliente, que intensifica la sensación de pérdida, cuando ésta corre por mi piel dejándola aséptica y satinada, para acabar cayendo al vacío, hasta arremolinarse y colarse por el desagüe en este rojo amanecer…

EL OTRO LADO





Le observó mientras dormía. Respiración pausada, boca entreabierta, su pelo desordenado caía en bucles sobre la almohada. La potencia de sus ojos ahora estaba oculta bajo el sueño. Expresión relajada, ajeno al nuevo día que nacía fuera de las cuatro paredes de casa.
Su cuerpo permanecía inmóvil al paso del tiempo, tumbado de espaldas a ella, le ofrecía una visión realmente turbadora de su piel. Una piel suave, blanquecina que tanto le reconfortaba durante las frías noches de invierno. Su tacto la estimulaba, la humedecía.

Se recostó de lado y acercó su cuerpo al suyo, intentando no provocar el más leve roce que pudiera despertarle y romper aquella imagen tan perfecta que le ofrecía aquella mañana. Miró el viejo reloj de pared. Tan sólo quedaba media hora para devolverle a la vida real y dejar el mundo de sueño y fantasía en el que se hallaba sumido…

Ella siempre creyó que la gente cuando duerme suele adoptar expresión de idiotas… él no, en eso también era distinto. Olía de forma especial; intentó captar su olor para después poder evocarlo. Era olor de niño, olor a sensualidad dormida. Un año de convivencia y aún no había perdido el encanto. Y se sintió conmovedoramente afortunada por tenerle a su lado, por poder disfrutar de él, porque la cuidaba y le amaba como ella a él. Sentimientos recíprocos. Almas gemelas, con caminos paralelos no encontrados, hasta que aquel caluroso mediodía de verano se cruzaron, y ya no volverían a separarse jamás…

Se incorporó con cuidado, el somier cedió y emitió un amago de crujido… demasiadas batallas libradas en esa cama, de tan mala calidad.
Se dirigió al baño, y tras lavarse la cara observó la imagen que el espejo le devolvía: piel cetrina y apagada, y los ojos penosamente hundidos.
Cerró el grifo del agua y volvió a la habitación. Él seguía durmiendo, su duende seguía perdido entre sueños..
Por su cabeza empezaron a desfilar imágenes de sus vivencias juntos… El primer encuentro en los baños de aquel bar de carretera en medio de los Monegros, donde después de cruzar sus miradas, se encontró en cuestión de minutos montada a horcajadas sobre él, mientras su cabeza golpeaba una y otra vez contra la pared del baño en la que le había adosado.
O aquella mañana en casa después de dos días de alcohol y sexo desenfrenado, después de una violenta pelea que zanjaron follando; ella apoyada sobre el cristal de la puerta de la terraza, y él tras de ella penetrándola como un poseso, ante la mirada atónita proveniente de la terraza de en frente, de unos cuantos domingueros, preparando ellos el equipaje, para una jornada de campo y playa en las afueras de la ciudad…
Momentos de ternura, de confidencias, de compartir…
Sus ojos ardían en ella cada vez que azotaba su cuerpo encendido, cada vez que se encontraba atada de manos al respaldo de una silla, con la mirada baja, esperando una sutil caricia que calmara su cuerpo dolorido, que aliviara su alma de tan amargo castigo…
Como le gusta traspasar sus barreras! una práctica a la que se ofreció sin condiciones, sin límites. Y él, poco a poco se había encargado en posicionarla justo donde quería, aprendiendo ella a buscar su placer a través del suyo, a disfrutar de su entrega, de su sumisión. Sabía como mantenerla en ese estado de expectativa y temor permanente…

_eres una niña muy curiosa, así que dudo no aceptes mi juego.

Una niña curiosa, capaz de entender el amor de modo no convencional. Le enorgullecía tremendamente de ser su amante, su deseo más perverso, su puta, y por ello entendía que ella debía ser la destinataria de todas sus fantasías, todo su morbo, su sensualidad, su cariño, su agresividad, su ira

Hilillos de luz se colaban a través de las cortinas de la ventana, lo que provocó pequeños destellos en su ombligo perforado por un aro de acero igual que el de ella. Fue un regalo de cumpleaños. Después de aquella experiencia con el acero quirúrgico se perforó la lengua, para más tarde volver a sentarse ambos frente a frente , en un cuarto estéril, mientras dos chicos de cabeza afeitada marcaban a rotulador su carne para perforarla de nuevo, y poder unir sus almas con una cadena invisible, tan sólo presente en lo más profundo de sus cabezas, y en lo más íntimo de sus anatomía…
Jóvenes, irreverentes, perversos, sus emociones fluían sin freno alguno, y aún no habían aprendido a vivir con ello…

Faltaban menos de diez minutos para que sonara el despertador, así que se levantó definitivamente a preparar café. Le gustaba prepararle el desayuno por las mañanas, disfrutaba con ello. Se asombraba de todo lo que había llegado a hacer por él, sabiendo lo extremadamente vaga que era. Lo mucho que cuidaba sus días para hacerlos más dulces, anteponiendo alguna de sus necesidades a las suyas propias en muchas ocasiones… en demasiadas quizás; esperando en un principio, algún gesto de reconocimiento por su parte (que hubiera bastando para mantenerla a su lado durante otra eternidad), y buscando después deshacerme de un gesto de amor que se convirtió en una imposición, en una obligación…

Ya en la cocina, mientras cargaba la cafetera, y observando el montón de platos sucios usados por él, todos los recuerdos agradables se fueron diluyendo en su mente para dar paso a otras observaciones… restos de comida flotaban en el fregadero. En el salón, un montón de ropa sucia, una bolsita abierta con restos de polvo blanco y montones de colillas desbordadas por el cenicero lucían en la mesita de centro. La casa tenía un aspecto lamentable… no cabía duda alguna de que el niño se montó su propia fiesta anoche, cuando llegó y claro está, le tocaba recoger a ella. Él siempre alegaba falta de tiempo…
_Te prometo que este día recojo_

Su replica preferida, sabiendo de ante mano que no lo haría, que sería ella quien se pusiera manos a la obra para que todo estuviera a punto a su regreso, y pudiera volver a dejar sus mierdas por todas partes.
Recordó su cara al lavarse los dientes, al afeitarse, recordó cada mueca y cada nota sonora que dejaba escapar cada vez que se encerraba en el baño…. Sus horas de espera delante del ordenador cuando se suponía que debería estar en casa. Sus idas a la cama sola, el olor que emanaba de cara poro de su piel cada vez que llegaba de fiesta con sus coleguitas, y en un momento, cayó la aureola de fantástico que le había puesto y lo reconoció como un auténtico cerdo…, un animal…

De pronto recayó en su propia estupidez. ¿Dónde coño había aprendido a ser tan sumisa y tan poco objetiva? Privada de toda libertad por tener a un hombre en su cama. ¿Acaso no podía estar sola? Almas gemelas…. Que gilipollez!!! ¿Acaso nació unida a ese “apéndice”?

“He vivido más de 20 años sin él y podría volver a hacerlo. Aunque si, es cierto, perdería algo que me gusta demasiado de él: su polla. Ese trozo de carne dura, caliente e incansable que cuando me penetra me hace perder el control sobre mi misma, saca esa fiera que ni sabía existia en mi y me excita, me turba, me calienta…”

Pero no iba dejarse arrasar por una polla. Podría tener todas las que quisiera, una distinta cada noche. Un cuerpo dormido cada día, distinto en su cama si el no estuviera. Otros rostros que observar a primera hora de la mañana. Otros seres estúpidos a los que pisotear. Le encantó la idea. ¿Por qué iba a conformarse solo con uno? ¿Qué la vida sin él no tiene sentido? Quien puede creerse ese farol? El único sentido de la vida empezaba y acababa en ella
“¿Cómo he podido dejarme arrastrar así? ¿Cómo ha podido engancharme?
CABRÖN!!!”

Encendida de ira . Aquellas preguntas bombardeaban su cabeza desordenadas, y poco a poco, la rabia y el odio se adueñaban de su razón con una intensidad jamás experimentada. Y la excitaba, la ponía a mil

Bajó de nuevo a la cocina, y sus ojos se clavaron en aquel juego de cuchillos que compró la semana pasada. Estaban de oferta, juego de 5 cuchillas + un cortapizzas 12 euros. Desde luego estaban poco afilados, pero aun y así, había logrado cortarse en varias ocasiones, mientras preparaba la comida.
Siempre la preparaba con mucho amor, para que en pocos minutos, desapareciera del plato devorada por esa bestia que ahora dormía en su habitación.
Se rió de lo absurdo y patético que le resultaba… ella cocinando… para él!! ¿Quién coño se creía que era? ¿Qué derecho tenía a organizar su vida a su conveniencia?

En cuestión de segundos logró entender su afán por dominar sus sentidos a través de sus juegos, su cuerpo, su mente; tan sólo fue un vasto intento por tenerla ligada a él, a sus deseos, para arrebatarle toda objetividad sobre sus actos, sobre su libertad, y anular así cualquier duda sobre su forma de amarla , en definitiva, de joderla
De las cinco piezas que formaban el kit eligió el cuchillo más grande, el que usaba para trocear carne. Y una corriente eléctrica pareció avanzar por su piel, otorgándole una dulce sensación de fuerza y poder. También cogió el cortador de pizzas que tan solo rozarle la yema del dedo índice, logró que la carne se abriera y manchara las baldosas del suelo de la cocina de rojo. Abrió un cajón y de él sacó un par de cuerdas, las había llevado tantas veces en sus muñecas que éstas estaban permanentemente rozadas y doloridas….hmmm sí, quizás necesitara hacerle callar, no le apetecía escuchar sus súplicas, no le apetecía escucharlo gritar como lo que era, un cerdo a las puertas del matadero, un paño de cocina le serviría.

Su corazón se aceleró y bombeaba sangre a un ritmo frenético. De nuevo se dirigió a la habitación con sus dos juguetes, pero antes volvió a hacer una parada en el baño. Esta vez la imagen que el espejo le devolvía había cambiado, estaba distinta; pupilas dilatadas, ojos inyectados en sangre. La vena que cruzaba casi invisible su frente, ahora era como una culebra abultada y palpitante bajo su piel .Una frívola sonrisa asomaba en sus labios…

Así que esto es lo se siente? Se preguntó

Hmmmm mi niño, hoy vas a saber, por fin, lo que es estar en el otro lado…

PERRA VENENOSA


Recorreré tu vientre con la lengua mojada de deseo enardecido, olvidando la sucia desidia producida por la rutina, esa que ralentiza los días volviéndolos densos y pastosos, como arenas movedizas que te atrapan impidiendo cualquier movimiento desesperado…

Buscarás mis costuras como un animal hambriento ante un festín de jugos, aromas y carne, y tu lengua de fuego revolverá en mi coño, sorbiendo vorazmente mi clítoris obscenamente hinchado de deseo.
Morderás mi sexo con lentitud y precisión mirándome a los ojos, mientras me retuerzo aullando palabras sucias, encendidas de pasión

Olvidando los espejos rotos, y todas las jodidas dosis de realidad diaria, hincharé tu carne hasta doler, seré golfa y pendenciera cuando te ofrezca mis nalgas y retroceda para ensartarme en ti, mojando tu polla con mi néctar de perra venenosa

Y penetrarás fiero y devastador las oquedades de mi centro, dilatándome, partiendome en dos al borde del delirio, reduciéndome a una amalgama de oscuros placeres teñidos de color púrpura

Porque mi pasión, no entiende de modales …es primitiva, febril, y desgarradora, capaz de doblegar cualquier otro sentimiento. Descivilizándonos,librándonos de esa parte del cerebro que nos aporta la inteligencia, que tan sólo aprendimos a usar contra nosotros mismos

Y beberé de ti, aferrada a tu abdomen, porque hoy vengo a coger lo que me pertenece por derecho

Como el tiempo que pasa inevitable desgastando nuestros tejidos, repararás cada
roce, cada signo de él mi cuerpo, arrastrándome hacia esa muerte precoz y reversible, más allá del sexo, más allá del clímax, en un viaje de ida y vuelta

PASIÓN TÓXICA





Emerges húmedo y cristalino
despedazando fragmentos inacabados de presente y azotando mi deseo con un halo tóxico

Relajada , turbia y provocadora ,
olisqueo en tu piel el rastro del viento, ajeno al desgaste de milenios de vida;

vivo,

alentador,

efímero como el sabor del salto al vacío, cuando atrapo la fugacidad de ese instante y permanezco en silencio,

empapándome de ti

mientras una espiral de voluptuosidad se gesta en mi vientre , liberándose en un torrente de energía que recorre mi médula y estalla por fin en mi cerebro…

Y aquí me tienes… como tantas otras veces

líquida y transparente, emanando ese aroma salino y dulzón que vicia el ambiente y se cuela por tus fosas hasta tu pituitaria,

La noche es ocura, cerrada, húmeda… y sé lo que estás pensando:

hoy vas a darme lo mío

Porque sabemos,

Sabemos que caeremos en la simplicidad de nuestra naturaleza, cuando me arrodille entre tus piernas con media sonrisa, buscando la intención del momento y arrancándote quejidos quebrados,

Y tus sucios motivos que te llevarán a ahondar en el calor y la fiebre de mi carne, mezcla de masa y líquidos

elástica, húmeda, ligera

Porque hurgaremos en la profundidad de mi dicha, y el puto cielo acabará por callarse, cuando de nosotros tan sólo se escuchen jadeos y el chapotear de nuestros sexos lubrificados, por esta tóxica pasión…

Jamás el amor se mostró como tal

jamás...

porque no estabas tú

TU CARTA







Solo, encerrado entre esas cuatro paredes de las que no quiere liberarse. Consciente de sus errores de ser el único responsable de su situación. Se dejó mecer por el viento a la deriva, hasta perderse y aislarse.
Y esta vez quiere que sus argumentos, sean algo más que palabras vacías, algo más que palabras bañadas de alcohol

Solo, tremendamente solo, en esta habitación de dos.
Y le asombra todo lo que pueden dar de si, 20 metros cuadrados.
En ese salón que se le sugiere demasiado espacioso, demasiado vacío y silencioso…

Duele…

Arrancados ya los recuerdos de las paredes, y en éstas tan sólo agujeros; agujeros con polvo, que recuerdan a lo que en algún momento sostenían…
En su pecho una constante carga , presiona su esternón, hundiendo sus costillas que comprimen sus entrañas..

Si pudiera sacar todo lo que lleva dentro, volcarlo, escupirlo y mojar el sucio suelo con su vómito sabor a palabras mojadas!!

Pero sus palabras atropelladas rebotan contra las paredes desnudas castigando sus oídos,
Es inútil, jamás logrará deshacerse de su carga

Y las horas pasan, el sol brilla con pleno esplendor detrás de las ventanas…en el mismo cielo azul pálido, ése que jamás lloró por él ni por ninguno de nosotros
Y las motas de polvo se acumulan en los rincones, caen en lluvia sobre su cuerpo laxo y rendido…
Pero su cabeza no, su cabeza está jodidamente despierta sometiéndole a una cruel tortura.

Su mano busca por enésima vez su sexo vencido y roto, para deshecho en sudor, tristemente comprobar, que ni siquiera él es capaz de otorgarle ya dos minutos de paz… su cuerpo se seca, se consume, vacío e ingrávido en un rincón de la habitación

Y su dolor es su única compañía, el recuerdo, su único motor
El único sentido de su existencia… Convertido a un estúpido ser de fábula sin lugar en el cuento, que busca en las palmas de las manos los designios de un camino ya trazado a seguir…

Pero de repente, una reconfortante sensación embarga su ser; la nobleza de unos cuantos verbos acertadamente conjugados con una intensa carga emocional. La belleza, la poesía a partir del kaos, y la desolación

Se incorpora a duras penas, y una vez erguido empieza a sentir la sangre fluir de nuevo dentro de sus venas, nutriendo y oxigenando sus células, aportándole una leve dosis de vitalidad.
Camina despacio hacia el baño, y una vez en él deja que el agua fría corra por su piel desentumeciendo sus músculos que despiertan del letargo

Anda hacia la cocina dejando un rastro de agua a cada pisada, Se sirve un vaso de zumo, que quien sabe cuantas semanas hará que está en el rincón más olvidado de la nevera, pero aún conserva un atractivo color anaranjado y está frío…

Saca su viejo portátil, se enciende un cigarrillo, sopla sobre el teclado elevando una pequeña nube de polvo…..
Da un largo trago, inspira profundamente , y abre un documento en blanco….

Ese mismo que ahora guardo en mi escritorio y hace que sea, un poquito más libre



Pd: “Seré en tu vida como el agua, no desapareceré. Transformarme si; en escarcha, hielo o vapor... Estaré ahí”

Y ahora...


Aún te sientes solo?